A diferencia de nuestros colegas conductores, los marinos no podemos parar durante la noche en un hostal de carretera para descansar. No nos queda otra que seguir navegando y, en el caso de la marina de guerra, además tenemos que ser capaces de operar durante la noche. En un episodio de Astérix y Obélix los ingleses interrumpen la guerra con la llegada del fin de semana. No creo que podamos permitirnos estas cosas en el mundo real.
Así que nos vemos obligados a mantener el mismo nivel de operatividad las veinticuatro horas del día y esto implica, necesariamente, que hay gente de guardia a las dos de la mañana. Y a las cuatro. Y a las seis. No hay que ser médico para darse cuenta de que este horario no es el más adecuado para el descanso.
Pero, además, los errores humanos frutos de la fatiga son una de las causas más importantes de accidentes marítimos. En esto sí que nos parecemos a los camioneros: los accidentes marítimos tienden a ocurrir durante la noche y primeras horas de la mañana, coincidiendo con las horas de menor alerta de los «conductores».