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Buques de acción marítima: ni demasiado grandes ni poco armados

Actualizado: 4 feb


Índice


El tema de potenciar los BAM es uno de los más recurridos en los foros y blogs que tratan la Armada española. Mi opinión está muy clara (en el título), pero como es algo que, como las mareas, cada poco tiempo vuelve a mojarme los pies, he decido explicarla aquí para poder hacer referencia a esto cada vez que me haga falta.


Vaya por delante que este artículo está lejos de ser original. Blog Naval ya hizo un magnífico repaso al tema en su artículo Armando el BAM que, además, explicó en un episodio del podcast de Por Tierra, Mar y Aire en el que tuve la suerte de participar.





Paco hizo un estudio bastante completo que os recomiendo leer si no lo habéis hecho. Charlando en el podcast, llegamos a la conclusión de que no hay mucho sitio para aprovechar, aunque alguna de sus propuestas podrían ser viables; las menciono más abajo. El artículo de Blog Naval está escrito desde una perspectiva técnica; yo voy a intentar abordar el tema desde una visión algo más «táctica».


Antes de continuar, por si alguno ha llegado hasta aquí sin conocerme, me presento. Lejos de querer alardear, pretendo que se entienda de dónde vienen mis razonamientos. Lo aquí expuesto está basado en una pasión por los temas navales desde que tengo uso de memoria, en cinco años de formación como oficial del Cuerpo General de la Armada en la Escuela Naval Militar, otro año de especialidad complementaria de Sistemas de Combate y dos meses de curso de Oficial de Acción Táctica, además de mis destinos embarcado a bordo de las fragatas Victoria y Canarias y del BAM Tornado. He tenido la suerte de participar dos veces en la operación Atalanta y hacer un despliegue de seguridad cooperativa en el golfo de Guinea, además de múltiples misiones de seguridad marítima en aguas nacionales y participar en ejercicios nacionales y combinados.


En línea con mi destino a bordo del Tornado, no voy a negar que tengo un cariño —subjetivo— por estos barcos; pero, también, fruto de conocerlos bien, un aprecio —objetivo— por su gran valía.



Por último, que nadie me malinterprete. Las propuestas de armar los BAM las entiendo como fruto de una verdadera preocupación por nuestra Armada y eso me llena de orgullo. Ojalá todo el mundo se preocupara por nosotros así. Pero voy a intentar explicar por qué, creo, deberíamos centrar nuestros esfuerzos en cosas más útiles.

Necesidades de patrulleros

Vamos por partes, como Jack. ¿Cuántos patrulleros necesita la Armada? Bien, suponiendo que vayamos a mantener una presencia permanente en el Índico (Atalanta) y en el golfo de Guinea —y si alguien tiene alguna duda sobre si lo vamos a hacer, que le eche un vistazo a la Estrategia de Seguridad Marítima o la Estrategia de Seguridad Nacional—, necesitamos seis patrulleros oceánicos solo para estas dos misiones. El cálculo es sencillo: siguiendo la ampliamente aceptada regla de los tercios, de cada tres barcos, tendremos uno plenamente operativo. Los otros dos estarán en las fases de mantenimiento, alistamiento o adiestramiento de su ciclo operativo. Esto no quiere decir que no puedan navegar (durante la de mantenimiento, probablemente), pero sí que no están preparados para realizar misiones. Y esto es jugando con los límites; estamos hablando de que cada barco, en 18 meses, estaría 6 de misión. Y los otros 12 no son de descanso, precisamente; tendría que hacer bastante rápido todas las otras fases (mantenimiento, alistamiento, adiestramiento). Posiblemente, los números no se ajusten con total exactitud a la realidad; que me perdonen los más puristas, pero creo que es suficiente para argumentar mi razonamiento.


Además de estos seis barcos, que estarían casi exclusivamente dedicados a esas dos misiones, la Armada sigue teniendo asignadas misiones en las aguas de soberanía. Supongamos que queremos tener un patrullero disponible en Canarias, uno en el Estrecho, uno en el Levante y uno en el Norte. Parece razonable, ¿no? Difícilmente podemos pedirle a un patrullero con base en Ferrol que acuda a hacer algo con un mínimo de prisa a aguas de Baleares.



Bien, esto son cuatro patrulleros más, 24 horas al día, 365 días al año. Vamos a ser benévolos; estos barcos no tienen que estar en la mar (tendrán que salir, aunque sea para patrullas rutinarias, pero supongamos que no necesitamos cuatro en la mar permanentemente). En base a esto, digamos que necesitamos otros ocho patrulleros; dos por zona. Y seguimos apretándonos bastante el cinturón…


Llevamos, hasta ahora, catorce patrulleros. Seis de ellos, indiscutiblemente, deben tener una gran capacidad oceánica. Los otros ocho, quizás, no tanto, pero deberían estar preparados para actuar ante una amplia gama de situaciones, con lo que me vais a permitir que no cuente a los Tabarca, Tagomago, Medas y otros patrulleros aún más pequeños. Esto nos deja, actualmente, con los seis BAM, las dos antiguas corbetas reconvertidas y los cuatro Serviola. Los tres Alborán no los cuento, ya que están orientados, prácticamente con exclusividad, a las misiones que les asigna el Ministerio de Agricultura y Pesca. Si mis cálculos son válidos (correctos me parece demasiado para algo que estamos haciendo de manera tan informal), tenemos dos patrulleros menos de los que nos harán falta. Pero no solo eso; la Elena y la Cristina son del 76. Mi padre no había ingresado en la Escuela Naval y ya está en la reserva. Las cuatro hermanas de las infantas ya han sido dadas de baja y no podremos contar con las últimas dos Descubierta mucho tiempo más.


Creo que ha quedado bastante claro por qué creo que no podemos prescindir de nuestros patrulleros. Más abajo explico por qué pienso que las propuestas que se escuchan nos harían, a efectos prácticos, perder patrulleros.

Necesidad de escoltas

En este tema no voy a entrar, porque merecería una tesis por sí solo. Si el argumento de los que defienden que hay que convertir los BAM en corbetas es en base a que creen que tenemos pocas fragatas (o escoltas), lo puedo entender, aunque no estoy de acuerdo. Bueno… más que no estar de acuerdo, creo que tenemos otras necesidades mucho más acuciantes, como pueden ser los submarinos, los aviones de patrulla marítima o los helicópteros antisubmarinos (y los patrulleros).

Personal

Aumentar las capacidades de un barco está muy lejos de consistir, sencillamente, en instalarle unos pocos chismes aquí y allá. Una de las cosas que menos tienen en cuenta los que no han tenido el privilegio de operar un barco de guerra es que su bien más preciado es el personal. Y más, mucho más, en los BAM. Sé que suena a cliché; los que me conocen saben que no lo digo de cara a la galería.



La dotación actual de los BAM ronda las 43 personas. Esto no es, ni de lejos, suficiente para operar un escolta. Los CIC de las fragatas modernas (con todas las automatizaciones) pueden tener, perfectamente, unas quince personas de guardia. Multiplica eso por tres guardias, necesitas 45 solo para el centro de información y combate. Súmale el puente, espacios de máquinas, bomberos, cocineros, personal de cubierta, etc. Estamos hablando, mínimo, de doblar la dotación.


Es cierto que los BAM tienen hueco para albergar unas cuarenta personas más, pero esos huecos no están ahí accidentalmente. Esas camas son las que habitualmente ocupan los miembros de la unidad aérea embarcada (pilotos, mecánicos, personal de línea de vuelo, etc.) y un equipo operativo de seguridad de Infantería de Marina o un equipo de operaciones especiales. Si metemos más gente de dotación, perdemos la posibilidad de embarcar un helicóptero o un equipo de seguridad/operaciones especiales. Las capacidades que pierde el barco al hacer esto son innumerables. El EOS/operaciones especiales podríamos considerar que en algunas misiones no nos hace falta, pero el helicóptero… es casi inconcebible un barco de guerra moderno sin helicóptero. Perderíamos más de lo que ganaríamos; tanto en guerra antisuperficie como antisubmarina (y en seguridad marítima, pero consideremos, por un momento, la posibilidad de convertirlos en corbetas), el binomio helicóptero-barco es fundamental. El que escribe estas líneas tuvo la ocasión de participar en un ejercicio internacional en el que se simulaban dos bandos. Nosotros: una fragata con helicóptero y un anfibio. Los otros: seis escoltas, un petrolero y un submarino. «Hundimos» al submarino y los seis escoltas.


Pero eso no es todo. Las dotaciones están adiestradas y certificadas para realizar unas misiones específicas. Los patrulleros para misiones de seguridad marítima; los escoltas para misiones de guerra convencional. Unos y otros pueden hacer las misiones de sus compañeros, pero nunca las harán tan bien. En otras palabras, un escolta no es mejor que un patrullero; es distinto. Tiene unas capacidades distintas para unas misiones distintas y, lo que es más importante, su gente es experta en realizar esas misiones. Un cambio de mentalidad de ese calibre no se hace así como así, y no estoy hablando solo de las certificaciones que hace la Armada para asegurarse de que un barco es capaz de hacer una determinada misión, estoy hablando de mentalidad e idiosincrasia. Repito, aunque compartan tareas y algunos sistemas, sus misiones son distintas y son barcos diferentes; ni mejores, ni peores.

Harpoon

Una de las propuestas más repetidas es la instalación de Harpoon en los BAM. Es razonable, ya que es un sistema relativamente sencillo de incorporar y daría mucha «mordida» a los barcos.


Mi primera pregunta es ¿para qué? ¿A dónde vamos a mandar un BAM que necesite Harpoon? Si un patrullero se ve en la necesidad de lanzar un misil antibuque, no nos hemos equivocado en su diseño, nos hemos equivocado en su política de empleo. Nunca debería de haber estado en esa situación. De la misma forma que los anfibios, los petroleros o los hidrográficos tampoco tienen esa necesidad.


Además, ¿a quién le va a tirar un Harpoon? No tiene mucho sentido (ninguno) usar un misil antibuque contra un objetivo secundario, así que he de suponer que el malo también tendría un armamento parecido. ¿Alguien se ha dado cuenta ya? Nos vamos a comer un misil de vuelta. Y no tenemos medios específicos para defendernos (algo tenemos, luego lo vemos). Estamos poniendo a nuestro barco en peligro innecesariamente; un BAM nunca debería verse en la tesitura de tener que lanzar un Harpoon.



Para entenderlo mejor, hagamos una comparativa. Antiguamente, la ventaja artillera la tenía el que tuviese los cañones con más alcance y el barco más veloz. Si era hábil, podía cañonear al enemigo desde fuera de su alcance, manteniendo la distancia que más le convenía. En la era de los misiles, el alcance sigue siendo importante, pero la velocidad ya no lo es tanto. La diferencia es que ahora tenemos la capacidad de defendernos de los misiles. Y eso marca la diferencia. En un enfrentamiento (absurdo, pero seguidme el juego) entre un BAM armado con seis Harpoon y un escolta modesto con capacidad ASMD (defensa contra misiles antibuque) y un solo misil antibuque ¿quién ganaría? Yo lo tengo claro.


Es por esto que no existen los barcos con misiles antibuque sin capacidad antimisil. Es absurdo. La parte defensiva de la guerra antisuperficie moderna es la guerra antiaérea. Hay una excepción a este teorema: las versiones modernas de las cañoneras de capitá Toni. Pero las pequeñas lanchas con misiles tienen un concepto de empleo completamente distinto: son bienes fungibles, desechables. En un conflicto, tienes que asumir que vas a perder un número elevado. No creo que los BAM, ni por el personal que llevan a bordo ni por la plataforma en sí, puedan ser considerados desechables. Y eso sin entrar en que es un concepto de empleo completamente alejado de nuestra doctrina (¿sociedad post heroica?).



La defensa de estas lanchas se basa en tres puntos:


  • Su pequeño valor, que puede hacer que el enemigo decida no malgastar sus limitados recursos en ellas.

  • Su gran velocidad, que les permite (en teoría), atacar y huir.

  • Operar en enjambres de muchas embarcaciones, dificultando la clasificación y enfrentamiento.


Los BAM no cumplen con ninguno de estos requisitos.


Con el argumento anterior debería ser suficiente, pues no es lógico gastar dinero en algo que no tiene sentido usar, pero es que, además, estamos convirtiendo nuestro barco en una amenaza y, por tanto, en un blanco prioritario para el enemigo. En una situación tensa con un país vecino, puede que no ponga muchas objeciones a que mandemos un patrullero a vigilar la frontera de nuestras aguas de soberanía, pero si lo que mandamos es un barco armado con armas ASUW, vamos a empezar a ponerle nervioso. Se va a ver obligado a responder de la misma manera y ¡zas! Hemos escalado la situación innecesariamente.


Por último, respecto al Harpoon, hay que tener en cuenta que es un arma para emplear más allá del horizonte. Hasta el horizonte (o casi) , los BAM tienen su montaje principal. Aunque, obviamente, en un enfrentamiento convencional nadie espera a estar por encima del horizonte del enemigo. Los más espabilados ya se habrán dado cuenta de que es difícil decirle al misil dónde tiene que ir si no sabes lo que hay más allá del horizonte. Para paliar este inconveniente se pueden usar aviones (MPA, normalmente), submarinos o, más habitualmente (por ser una herramienta orgánica de los escoltas) el helicóptero embarcado. Aunque existen otros métodos, en la Armada española, el sistema ideal para recibir esa información es el LAMPS que enlaza los helicópteros Seahawk con nuestras fragatas. El helo se convierte en un sensor y arma más del barco, completamente integrado con este. El BAM no tiene la capacidad de enlazarse así con los Seahawk.

Defensa antimisil

Esta bien podría ser uno de las propuestas más realistas para potenciar los BAM. Blog Naval la trató en detalle, así que no me voy a meter mucho. Recordemos que los BAM tienen cierta capacidad antimisil que voy a intentar resumir; para llegar al Índico hay que pasar por Bab El Mandeb, donde hemos visto repetidas veces, en fuentes abiertas, misiles antibuque desplegados.


En primer lugar, cuentan con un equipo de guerra electrónica que les permite detectar el radar de búsqueda de una estación lanzadora y el radar de seguimiento del propio misil. Esta última detección, unida a los lanzadores de señuelos chaff, capacitan a los BAM para hacer la mitad de toda reacción antimisil, la que se conoce como softkill (muerte blanda). La otra mitad, el hardkill (muerte dura), se limita al montaje principal; pero no es tan poco como pudiéramos pensar. Los BAM cuentan con la dirección de tiro DORNA-2 (P41-P44) o DORNA-3 (P45 y P46). Las F-100 tienen DORNA-1 (F101-F104) y DORNA-2 (F-105). Evidentemente, las F-100 tienen un conjunto de sensores muy superior; pero en cuanto a dirección de tiro, los BAM están mejor. Pero no solo eso; el OTO MELARA 76 mm es un cañón con un ritmo de fuego de hasta ¡85 disparos por minuto! Eso es más de un disparo por segundo. Y otro dato: elevación de +85º; puede disparar casi hasta la vertical. Pocos montajes de ese calibre tienen una capacidad antiaérea tan potente. Sí que es cierto que existe una munición compatible con este montaje especialmente preparada para hacer frente a misiles y que la Armada española no parece haber adquirido. Su compra, desde luego, pondría a los BAM en muy buen lugar para defenderse de un misil, aunque creo que ya tienen una capacidad aceptable para escenarios sencillos.


En cuanto a la instalación de un sistema específico que ya tratamos en el podcast, habría que tener en cuenta las limitaciones de espacio; no es tan fácil. También habría que pensar en un sensor acorde. No tiene mucho sentido instalar un arma magnífica si no tenemos el sensor que le dé blancos.



Por último, reiterando, creo que no es necesario para las misiones que queremos que desempeñen los BAM aunque, como he dicho, me parece la propuesta más razonable.

Radar aéreo

Esta no se suele escuchar mucho, pero, desde luego, sería imprescindible si queremos convertirlos en corbetas (aunque solo sea poniéndole cuarto y mitad de Harpoons).

Los BAM ya cuentan con el radar Aries (primera serie) y Skyfender (segunda serie) con capacidad de «control de helicópteros». Efectivamente, pueden detectar blancos aéreos —el que suscribe ha controlado una pareja de Harriers desde el Tornado—, pero no se pueden considerar radares aéreos al uso.


La mayor restricción que se me ocurre es el espacio en el palo y, sobre todo, los pesos altos, que afectan enormemente a la estabilidad. Y, por supuesto, la dotación. Como he dicho arriba, con la actual, no seríamos capaces de procesar mucha más información.

Capacidad ASW

Desde luego, la capacidad definitiva para convertirse en un escolta de verdad. Meterse en guerra antisubmarina sería un cambio de paradigma tal, que creo que no merece la pena ahondar mucho. Por supuesto, el primer inconveniente es que se me antoja complicado encontrar sitio para instalar los sensores, ya sean de casco o remolcados.

Aprovecho para comentar otra limitación que tendrían los BAM para actuar como escoltas: la velocidad. Un escolta debe tener una velocidad, aproximadamente, un 33% superior al de su unidad valiosa, para poder protegerla en condiciones. La velocidad máxima de los BAM es muy parecida al de nuestros anfibios o petroleros.


Nuevo diseño

Existe otra posibilidad, que consistiría en utilizar la plataforma BAM para instalar, de serie, alguna o todas estas capacidades. Además de que no soy partidario de los Frankenstein navales (los barcos de guerra, como complejísimos sistemas de sistemas, funcionan bien como y para los que fueron diseñados; las añadiduras suelen dar pegas), Navantia tiene otras ofertas más razonables en ese campo, como las corbetas saudíes.

Comparativa

Termino ya: los BAM no son demasiado grandes. Creedme, no sobra sitio (más bien al revés); todo tiene su lugar y el espacio que tienen está empleado para darle las capacidades que le permiten realizar las misiones para las que está pensado: misiones de seguridad marítima en escenarios muy alejados. Los BAM son hijos de Atalanta.


Tampoco les falta armamento. Tienen el necesario para cumplir su misión. Cualquier otra cosa sería un gasto absurdo en una época en la que no estamos para derrochar.

Para intentar convencer a los (aún) escépticos, dejo algunos ejemplos de otros patrulleros de altura:



Comparativa de patrulleros oceánicos, OPV, BAM


Como se puede ver, andamos alrededor de lo normal. Con una puntualización: tenemos el único barco de la lista con propulsión eléctrica, que nos permite estar en la mar el doble de tiempo que los demás (y gastar muchísimo menos). Me parece algo más que razonable por 800 t más (de media, quitando al japonés), sobre todo, teniendo en cuenta las misiones para las que los queremos.

Conclusión

Creo que hay dos asuntos que han tenido que ver con la «manía» que le hemos cogido a los BAM. En primer lugar, su diseño coincidió (no exactamente, pero muchos parecen haberlo asociado) con la desaparición de la 21ª escuadrilla de escoltas y la conversión de las Descubierta en patrulleros. Los BAM no son el relevo de nuestras antiguas corbetas ni han pretendido serlo nunca; estaban pensados para relevar una amalgama variada de patrulleros. En segundo lugar, quizás, nos equivocamos al denominarlos BAM, queriendo significar que eran algo más que un patrullero (y es que son unos patrulleros buenísimos), pero fijémonos en su marca de costado: P-4_.


P, no F.


P de patrullero.


En cualquier otra marina, BAM se dice OPV (offshore patrol vessel o patrullero oceánico). Son patrulleros. Pero, incluso, el término BAM ya nos da una pista: buques de acción marítima. Marítima, no naval. Recordemos la que era la organización de la Flota hasta hace muy poco: Fuerza de Acción Naval y Fuerza de Acción Marítima (y los infantes). La FAN comprendía escoltas, anfibios y petroleros. Barcos para hacer la guerra. La FAM comprende patrulleros y barcos para misiones de seguridad marítima. Marítima, no naval.

Por último, si quieres ver qué es capaz de hacer un BAM sin las restricciones que pueda imponer la política internacional, déjame barrer para casa: he escrito tres (el tercero a punto de publicarse) libros en los que un BAM se pone en manos de una empresa privada para meterse en los jaleos más brutales que te puedas imaginar. Descubre el primero aquí.

Y, si quieres mantenerte al día de lo que se publica en este blog o ser el primero en leer mis libros cuando se publiquen (y con descuento), apúntate aquí.

¡Un saludo, dotación!


P.D.: he escrito un libro sobre táctica naval. Aunque los BAM no sean fragatas, tienen un papel fundamental en el ejercicio del poder marítimo en el siglo XXI. Descúbrelo aquí.


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