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Foto del escritorFede Supervielle

¿Es posible navegar sin perder años de vida por el sueño?

Actualizado: 24 may 2020

A diferencia de nuestros colegas conductores, los marinos no podemos parar durante la noche en un hostal de carretera para descansar. No nos queda otra que seguir navegando y, en el caso de la marina de guerra, además tenemos que ser capaces de operar durante la noche. En un episodio de Astérix y Obélix los ingleses interrumpen la guerra con la llegada del fin de semana. No creo que podamos permitirnos estas cosas en el mundo real.


Así que nos vemos obligados a mantener el mismo nivel de operatividad las veinticuatro horas del día y esto implica, necesariamente, que hay gente de guardia a las dos de la mañana. Y a las cuatro. Y a las seis. No hay que ser médico para darse cuenta de que este horario no es el más adecuado para el descanso.


Pero, además, los errores humanos frutos de la fatiga son una de las causas más importantes de accidentes marítimos. En esto sí que nos parecemos a los camioneros: los accidentes marítimos tienden a ocurrir durante la noche y primeras horas de la mañana, coincidiendo con las horas de menor alerta de los «conductores».


Aunque nuestra actitud positiva ante la adversidad (perdón por el autopiropo) puede ayudar —«un buen café y a la guardia»—, es un débil remedio ante la magnitud del problema.


Antes de meternos en materia merece la pena indicar que el régimen de guardias más extendido en nuestra Armada consiste en tres guardias que se reparten el siguiente horario: de 0800 a 1100, de 1100 a 1400, de 1400 a 1700, de 1700 a 2000, de 2000 a 2359, de 0001 a 0400 y de 0400 a 0800.


Dicho de otra manera, suponiendo que la primera guardia empiece montando por la mañana, en tres días habrá montado guardia de 0800 a 1100, de 1700 a 2000, de 0400 a 0800, de 1400 a 1700, de 0001 a 0400, de 1100 a 1400, de 2000 a 2359 y vuelta a empezar.


Si alguno ha sido capaz de seguir el barullo de números, se habrá dado cuenta de que muy sano no es. Sobre todo si en los periodos intermedios, además de comidas, descanso y tiempo de ocio, metemos ejercicios, reuniones y mantenimientos.


A nadie le sorprenderá que los hombres —léase humanos— preferimos dormir de noche (sí, ya sé que a ti te gusta trabajar hasta tarde, a mí también, pero somos la excepción que confirma la regla). Este «capricho» tiene su explicación científica en nuestro reloj biológico interno que, como curiosidad, también contempla la tan apetecible hora de la siesta (ya se lo podéis restregar a todos esos amigos extranjeros que se meten con nuestra sana costumbre). El reloj biológico mantiene un mismo ritmo día tras día, que se puede ver afectado por la luz que percibimos. Todo esto se conoce como ritmo circadiano.


Ahora vamos a lo que nos interesa: el reloj interno puede tardar entre dos y seis días en ajustarse a un nuevo régimen de sueño-vigilia, suponiendo que los registros de entrada sean constantes. Si no lo son, los ritmos fisiológicos se pueden desajustar produciendo somnolencia, insomnio y deterioro de las capacidades mentales y motrices. ¿Os suena? Aunque no hayáis trabajado a turnos, seguro que habéis tenido el cuerpo un poco «cortado» después de una noche de juerga. Pues no es solo por el alcohol.


El reloj biológico genera picos de energía durante las horas diurnas y mínimos durante las nocturnas. Los niveles de energía y alerta aumentan durante la mañana, tienen un pequeño descenso a primera hora de la tarde (¡siesta time!), vuelven a aumentar para hacer otro máximo por la tarde y disminuyen constantemente durante la noche, alcanzando el mínimo entre las 3 y las 5 de la mañana. ¿Os acordáis de las horas de los accidentes? Encaja, ¿no?


Pero a todo esto tenemos que sumarle unas particularidades muy nuestras, de la gente de mar, además de los horarios de guardias y trabajos: la separación prolongada de nuestros seres queridos, la exposición a condiciones meteorológicas adversas, el mareo, las grandes cargas de trabajo, el estrés, las vibraciones, el ruido o los problemas de habitabilidad. Todo esto afecta a los marinos y, por tanto, a la operatividad y seguridad de los barcos.


¿Qué consecuencias tiene la falta de sueño?

A largo plazo las consecuencias pueden ser muy negativas. No vamos a entrar, pero valga este chascarrillo como ejemplo:

Cuenta la leyenda que a un individuo que no tenía relación con las Fuerzas Armadas le presentaron a un trío de amigos que había opositado a las escalas de oficiales juntos, ingresando uno en el Ejército del Aire, otro en Tierra y el tercero en Marina. Al susodicho, el capitán Pistólez le pareció una persona bastante normal, evidentemente deportista. El capitán Gaviótez aparentaba tener cinco o diez años menos que sus colegas. Y el TN Popéyez podría haber pasado perfectamente por un capitán de fragata, tales eran sus arrugas, ojeras y alopecia.


Y ¿a corto plazo? Vamos a ver una lista de...

25 consecuencias de la falta de sueño

(y del desorden del reloj biológico), resaltando las que pueden tener un impacto directo en la seguridad en la navegación o en la conducción de las operaciones:


· Falta de energía y motivación.

· Introversión.

· Apatía.

· Menor atención a los detalles.

· Depresión.

· Degradación de las capacidades motrices y mentales.

· Irritabilidad.

· Psicosis (en casos extremos).

· Mala toma de decisiones (¡!).

· Menor disfrute de las actividades realizadas.

· Menor capacidad de resistencia ante las enfermedades.

· Disminución de la capacidad para hacer juicios y evaluar riesgos.

· Pérdida de coordinación visual-manual.

· Dificultades en el habla.

· Disminución de la fuerza.

· Flaqueza en brazos y piernas.

· Malestar físico general.

· Dolores de cabeza y mareos.

· Despreocupación.

· Cambios de humor.

· Juicios erróneos sobre distancia, tiempo y velocidad.

· Respuesta lenta o inexistente ante problemas.

· Dificultad en la concentración.

· Incapacidad para mantener la atención.

· «Microsueños» (lo que vosotros y yo llamamos cabezadas).


De las consecuencias indirectas solo voy a hacer una reflexión: estos problemas de salud pueden espantar a nuestros trabajadores. O trabajadores potenciales. O, al menos, hacer que se valoren más los destinos no embarcados.


¿Qué hacer para evitar todo esto? Pues ahora vamos a ver una lista de...


23 formas de mejorar la calidad de nuestro sueño

A partir del sexto puntos están sacados directamente de un manual de la guardia costera estadounidense.


· Dormir entre siete y ocho horas de forma ininterrumpida.

· Compensar la pérdida de sueño con pequeñas siestas.

· Mantener una dieta sana y variada.

· Hacer la comida más pesada después de despertarnos y hacer sólo comidas ligeras desde cuatro horas antes de comenzar el periodo de sueño.

· Utilizar técnicas de gestión de la luz durante la vigilia y evitar la luz brillante durante el periodo de descanso.

· Mantener el mismo horario para el personal del turno nocturno durante al menos dos semanas.

· Minimizar los cambios de régimen.

· Evitar los periodos de trabajo superiores a las ocho horas.

· Permitir las comidas fuera de horas (no necesariamente provenientes de la cocina).

· Dar prioridad en los comedores al personal de guardia entrante.

· Extremar la cortesía, bajando el volumen de equipos de audio y video.

· Evitar cambios bruscos de palanca o caídas.

· Minimizar el ruido de los trabajos en cubierta.

· Insonorizar los conductos de aire.

· Asegurar un correcto cerrado de las ventanas.

· Instalar bombillas de calidad para que la luz ayude al despertar.

· Puertas que aíslen el sonido.

· Almohadas y colchones de calidad.

· Los camarotes y sollados deberán estar separados de los espacios de máquinas, cocina o pañoles.

· Asegurar un buen funcionamiento del sistema de aire acondicionado y calefacción.

· Distribuir al personal por camarotes según sus guardias, para evitar que se despierten unos a otros.

· Evitar el uso de medicinas sin consultar previamente a un especialista.

· Tener mucho cuidado con el uso de la cafeína.


Una puntualización sobre el café. La marina norteamericana reza que «the Navy runs on coffee»; algo así como que su combustible es el café. La cafeína es un estimulante: para que aumente el estado de alerta se debe consumir en pequeñas dosis. Las dosis elevadas pueden resultar en adicción. Si un sujeto necesita cafeína para mantener los niveles de alerta durante el periodo diurno, es posible que padezca un trastorno del sueño. Sí, eso te incluye a ti, que te tomas uno en el desayuno, uno en el trabajo (o más, ¿verdad?) y uno después de comer. La cafeína debería utilizarse solo cuando sea estrictamente necesaria y nunca cuatro horas o menos antes de irse a la cama.


A todo esto, los marinos de guerra no tenemos el monopolio de la navegación. ¿Qué hacen nuestros colegas de la mercante? Pues ellos lo tienen muy regulado en normativas internacionales y nacionales. El régimen de guardias más común consiste en seis periodos de cuatro horas, con el personal dividido en tres guardias, montando la primera de 0001 a 0400 y de 1200 a 1600, la segunda de 0400 a 0800 y de 1600 a 2000, y la tercera de 0800 a 1200 y de 2000 a 2359.



No parecen muy diferentes a las nuestras. Al menos en duración. Pero hay una diferencia fundamental: montan a la misma hora tooooodos los días.


Lo de la duración es curioso, porque no hay nada que respalde las guardias de cuatro horas. Podemos pensar que son lo suficientemente cortas como para evitar el cansancio y la monotonía, pero en la figura 2 se ve perfectamente cómo el riesgo relativo se mantiene constante hasta las ocho horas, apreciándose incluso un mayor riesgo entre las dos y las cuatro horas. Una posible explicación es que al principio de los turnos no tienen efecto las técnicas de reducción de la fatiga (cafeína, movimientos físicos, variación de la rutina). En cualquier caso, parece evidente que las guardias de seis, o incluso ocho horas, son tanto o más seguras que las de cuatro.



En mi artículo de la Revista General de Marina hice una serie de propuestas para nuevos regímenes de guardias. Pero aquí solo voy a dejar el que han implantado los norteamericanos después de gastarse mucha pasta en estudios de expertos que, seguro, saben mucho más que yo. Una sola puntualización: hacen falta cuatro equipos de guardias. O reducimos el personal necesario, o llevamos más personal en los barcos.



Si os fijáis, todas las guardias tienen ocho horas de sueño ininterrumpido y todas mantienen el mismo horario a lo largo de los días.


Y a vosotros ¿qué os parece? ¿Os veis capaces de aguantar un régimen así? Y, si lo habéis hecho, ¿qué proponéis para mejorarlo?


¡Un saludo, dotación!



P.D.: si no quieres perderte más entradas de este tipo (y solo de este tipo, no te bombardearé con otras cosas), pincha aquí.


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4 Comments


El capitán Gaviótez


El capitán Gaviotez, si es piloto de cazas de combate, sufre graves dolores de columna, debido a las fuerzas G en las maniobras de dichos aviones, en los giros y las aceleraciones bestiales. No te digo si tiene que salir eyectado de la cabina por accidente.

El capitán Pistólez también sufre de la columna, debido a las pesadas mochilas y al equipo que carga.


De diez que éramos en mi patrulla de paracaidistas, el único que terminó sano fui yo. Mi capitán Colldeforts quedo cojo por rotura de metatarsianos, una vez que nos hicieron saltar con mucho viento en Cartagena.


Si te hacen saltar con viento, cuando llegas a tierra te puedes pegar grandes hostias e incluso…


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a
Aug 25, 2020

Y luego viene la Armada Española y se inventa los suyos, que no hay por donde cogerlos. Descansas menos y trabajas mas, todo un derroche de inteligencia.



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Fede Supervielle
Fede Supervielle
Jan 21, 2020

Interesantísimo. Algo había escuchado pero la verdad es que no me topé con esto cuando investigué para el artículo. Pues podría ser una muy importante parte de la solución aunque, en lo que yo insisto mucho es en que no se deben rotar los horarios. El mismo horario todos los días para cada persona; es la única forma de que el cuerpo se adapte. Al menos esa fue mi principal conclusión.

¡Muchísimas gracias por el apunte!

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Blas DeLezo
Blas DeLezo
Jan 21, 2020

Una curiosidad que puede ser útil para marinos mercantes, de la Armada y tripulaciones aéreas.


En cuanto al sueño, a los seres humanos se nos puede clasificar en tres grupos. El primero, aquellos que se van a la cama pronto y se levantan pronto, como a las seis de la mañana (un cuarenta por ciento). El segundo grupo en el que se incluye algún Teniente de Navío, los que se acuestan tarde y se levantan tarde (otro cuarenta por ciento). En el tercer grupo, aquellos que no están en los dos anteriores. De esta forma, estadísticamente, sólo durante cuatro horas durante la noche todos los integrantes de cualquier grupo humano están dormidos, suponiendo que no tengan wifi. Así, durante la…


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